lunes, 9 de noviembre de 2015

Alcachofas 'after summer'


Existe una famosa dieta dedicada a la alcachofa y por algo será. Veamos los fantásticos beneficios que esta hortaliza del norte de África y manjar mediterráneo aporta al organismo, al que sentará de maravilla tras los excesos de las vacaciones de verano. Todo cuando los primeros frutos comienzan a florecer. El otoño está a la vuelta de la esquina y la alcachofa va tomando posición.


Es hipocalórica, diurétia, detox (ácido úrico y colesterol especialmente), regula los niveles de azúcar en sangre, el tránsito intestinal y el sistema inmunológico. Su aporte calórico es mínimo por contener un alto contenido en agua. Todo favorecido por la posibilidad de practicar una alimentación de kilómetro cero ya que España es tras Italia, el principal productor de alcachofa a nivel mundial.


Como buena parte de las verduras, existe una gran número de variedades. Se diferencian fundamentalmente por la forma (esférica u oval), el tamaño, el color del capítulo (verde o violeta) y por la precocidad (variedades de día corto o de día largo), y se agrupan por su denominación geográfica, distinguiéndose por ejemplo las alcachofas de Gran Bretaña, Francia, Italia y España. De las españolas las más apreciadas son las de Tudela (Ciudad Real), así como las de las regiones de Murcia y Alicante.


Aunque es una verdura de invierno, su producción natural discurre entre los meses de noviembre a marzo, variedades adaptadas a la climatología de las zonas en las que se producen permiten ser disfrutadas durante todo el año. En el huerto Bitte ya tenemos alcachofas con las que preparar saludables y ricos platos que incluimos en nuestro menú de los lunes al mediodía.


Si no tenemos huerto y se compran en el mercado, hay que seleccionar las más gordas y pesadas en proporción a su tamaño. Las yemas han de ser gruesas, compactas y estar bien formadas con un color verde claro. Un truco práctico para comprobar su frescor es acercarlas al oído. Si se escucha un crujido, es la alcachofa que debemos meter en la cesta para comerla al natural, hervida o hacer recetas con un toque de vanguardia. Las posibilidades alcanzan hasta donde lleguen el buen gusto y tu imaginación.

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