Hemos pasado unos días en Perú y hemos aprendido muchísimo sobre el cacao. Como estas fechas son época de indulgencia -ya nos pondremos a dieta luego, vamos a compartir lo que hemos aprendido y seguir disfrutando comiendo chocolate.
-El árbol del cacao alcanza una altura de 12 a 15 metros y genera frutos continuamente desde los 5 hasta los 25 años una vez que el árbol ha madurado.
-Es salvaje y siempre crece debajo de otros árboles para protegerse del viento y de la luz directa del sol. No puede liberar sus semillas por sí mismo y necesita ayuda de animales o humanos para abrir sus vainas.
-Las flores del cacao tiene cinco pétalos de color rosado y/o blanco. Menos del cinco por ciento de las flores son colonizadas, de ahí que sea un producto tan apreciado.
-Los árboles de cacao se encontraban naturalmente en las selvas tropicales. Los mayas criaban cacao en sus jardines.
-Debido a que las semillas de cacao costaban una fortuna, beber chocolate era un lujo que pocos aztecas podían darse: entre ellos curas, gobernantes, guerreros y comerciantes honorables.
-Según la leyenda azteca, fue el dios Quetzalcóatl el que trajo el cacao del cielo a la tierra. Por este acto blasfemo de dar esta bebida sagrada a los humanos fue expulsado del paraíso. Como consecuencia el chocolate se conocía como la bebida de los dioses y los sacerdotes a menudo hacían ofrendas de semilla de cacao a Quetzalcóatl y otras deidades.
-No fue hasta que Hernán Cortés conquistó Tenochtitlán (hoy ciudad de México) en 1521, que los españoles empezaron a aprender sobre el delicioso sabor del chocolate.
-El chocolate es más que un alimento; es un aliado para la salud (dilata los vasos sanguíneos) y la belleza (usado en cosméticos de todo tipo).
Y, para beber, no puede faltar un buen Pisco Sour .
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