sábado, 31 de octubre de 2015

¡Qué me den calabazas!


Cada año decidimos plantar calabazas en nuestro huerto. Hay bastantes tipos y nosotros nos decantamos sobretodo por la calabaza verde, una variedad española. Es una pena que sea una hortaliza tan poco consumida, al menos en España, porque tiene unas propiedades antioxidantes fantásticas. Por su alto contenido en vitamina A también son muy buenas para conservar la vista, algo que deberíamos de cuidar seriamente al pasar tantas horas delante del ordenador y demás pantallas. 



La calabaza, como la mayoría de las verduras, se planta después de las heladas, crece entre el final de la primavera y el transcurso del verano, y se recolecta en octubre. Necesita bastante sol, nutrientes y agua en abundancia cuando el fruto está creciendo.



Una vez recolectada se conserva bien, y con ella podemos preparar tanto platos salados como dulces; incluso bebidas. Una crema de calabaza por ejemplo, sin apenas calorías ni hidratos de carbono, o una mermelada para acompañar un queso suizo.



Arantxa sabe que la calabaza es muy recomendable en la dieta infantil, y se está preparando para cuando tenga que hacer papillas...

 
Verde por fuera, naranja por dentro, repleta de pipas, que se secan y son como píldoras concentradas de fibra y vitaminas. Y todavía hay algo más: en India la calabaza es empleada de forma común en la fabricación del sitar.




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