sábado, 27 de febrero de 2016

¡Ay, limón!






Además de ser bonitos y oler bien, los limones son eso que aquí denominamos mano de santo. Sus virtudes para la salud son infinitas y sus aplicaciones cosméticas sencillas y eficaces.



Entre sus compuestos reina la vitamina C, magnífica para mantener el aparato respiratorio a punto y acabar con cualquier partícula tóxica por más escondida que esté.


Otro de sus fuertes es el potasio, esencial para equilibrar la tensión arterial, y la niacina o vitamina PP, clave para la salud de la piel, el estómago y el sistema nervioso. 


También es un buen blanqueador de uñas, sirve de bálsamo contra dolores musculares y como desodorante improvisado en situaciones SOS. 


Cuanto más amarillo, más brillante y firme su cáscara sea, mejor será el limón y más rica estará la limonada.



Preparar limonada no tiene más misterio que mezclar un litro de agua, 100 gramos de azúcar y el zumo de dos limones. Hidrata, refresca y da placer.




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